El desafío
Mientras las comunidades de todo el mundo se apresuraban a proteger a sus residentes de la pandemia de COVID-19, el norte del Estado de Nueva York necesitaba un enfoque innovador en materia de salud pública.
Mientras las comunidades de todo el mundo se apresuraban a proteger a sus residentes de la pandemia de COVID-19, el norte del Estado de Nueva York necesitaba un enfoque innovador en materia de salud pública.
El Departamento de Salud del Estado de Nueva York recurrió a las universidades locales y a Arcadis para llevar a cabo un programa de pruebas de aguas residuales diseñado para detectar brotes antes de que ocurran.
Utilizando muestras del sistema de recogida de aguas residuales, las comunidades participantes pueden evaluar la salud pública antes de que aparezcan los síntomas, de forma anónima y a un bajo coste per cápita.
Conforme la pandemia de COVID-19 se extendía por América del Norte y las ciudades luchaban por encontrar nuevas formas de proteger a los ciudadanos, los investigadores descubrieron que las pruebas de aguas residuales eran una forma asequible y eficaz de obtener información valiosa sobre la salud de la comunidad. Con los limitados recursos para realizar pruebas y el conocimiento de que los portadores asintomáticos podían propagar el virus, el Departamento de Salud del Estado de Nueva York (DOH) fue pionero en este enfoque de proteger a las personas y fundamentar los posibles planes de reapertura. En un territorio sin precedentes, Arcadis colaboró con el DOH y sus asociados para conducir un programa de pruebas de aguas residuales en cuatro comunidades del norte del estado.
Los estudios han demostrado que las pruebas de aguas residuales proporcionan un aviso anticipado de la presencia del virus en la comunidad unos siete días antes de que aparezcan los síntomas. Sin embargo, se requiere un profundo conocimiento de la comunidad, de los sistemas de recogida de aguas residuales y de las capacidades de prueba para asegurarse de que se están recopilando los datos correctos en los lugares adecuados. Familiarizado con el sistema de recogida local, el equipo de Arcadis utilizó sus conocimientos para iniciar una investigación profunda específica en torno a la COVID-19.
Los científicos e ingenieros de Arcadis se pusieron manos a la obra en un territorio sin precedentes para comprender las mejores técnicas y los métodos de vanguardia disponibles para analizar las aguas residuales en busca del virus. En asociación con la Universidad de Syracuse, SUNY ESF y el laboratorio analítico, el equipo utilizó tendencias de datos y metodologías epidemiológicas y analíticas para optimizar la técnica e identificar "puntos calientes" dentro de las comunidades. Encontrar estos puntos calientes una semana antes de que lo hagan las autoridades sanitarias puede proporcionar información procesable que ayude a reducir la transmisión en la comunidad.
A través del programa piloto, el equipo y el DOH obtuvieron un conocimiento más profundo de cómo la detección del COVID-19 mediante el muestreo de las aguas residuales puede servir para tomar decisiones vitales para la salud pública. La monitorización ayuda a las autoridades sanitarias a entender dónde está presente el virus a un bajo coste per cápita, incluso sin que las personas muestren síntomas físicos ni se hayan hecho pruebas. A medida que más ciudades y comunidades adopten este enfoque, la detección temprana de la presencia del virus en las aguas residuales permitirá a los funcionarios estatales y locales tomar medidas de seguridad preventivas que pueden evitar la futura propagación, al tiempo que se mantiene el anonimato de los residentes. Cuando los casos disminuyan, la monitorización de las aguas residuales confirmará la reducción y aliviará la ansiedad con respecto a la presencia del virus en la comunidad. Esto desempeñará un papel fundamental en la ayuda a las comunidades para que se recuperen de los devastadores impactos de la COVID-19.
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