El desafío
La contaminación de suelos por Cromo VI en un entorno urbano es una amenaza y Arcadis encontró la solución de evitar un problema más grave para el medioambiente y la salud pública.
La contaminación de suelos por Cromo VI en un entorno urbano es una amenaza y Arcadis encontró la solución de evitar un problema más grave para el medioambiente y la salud pública.
Se analizaron las posibles alternativas y se optó por un proceso de biorremediación que neutralizaba la amenaza, aplicando una tecnología desarrollada por Arcadis.
Tras un año de intervención, la remediación tuvo éxito y se redujeron los niveles de concentración de Cromo VI hasta que dejó de ser una amenaza medioambiental.
Normalmente no damos importancia al suelo que pisamos. Gran parte de lo que hacemos queda ‘registrado’ bajo esas calles, edificios e industrias. El terreno absorbe y oculta el rastro de nuestra actividad, sin que nos demos cuenta. Y a veces lo que esconde ese suelo no es nada bueno.
El Cromo VI o Cromo hexavalente es un contaminante cancerígeno y con alta capacidad de desplazarse a través del agua subterránea. La fábrica de nuestro cliente, situada una zona industrial de Euskadi, estaba sobre una gran mancha subterránea de cromo 6 que se había extendido hacia un área recreativa anexa y amenazaba con llegar a un cauce próximo. Había que intervenir rápidamente para evitar que las aguas de arroyo acabaran afectadas por este tóxico e informar a las autoridades del proceso de remediación.
La fábrica contrató nuestro Programa de Remediación GRiP®, que garantiza por adelantado la remediación a un precio establecido, y nos pusimos a trabajar.
Lo primero que los técnicos de Arcadis hicieron es pensar en cómo neutralizar la amenaza del Cromo VI y evitar un problema medioambiental mayor. Sacar toneladas de tierra contaminada de debajo de una fábrica no era una solución factible, así que se realizó un estudio cuantitativo de riesgos que permitió fijar unos objetivos de remediación razonables.
Hubo que innovar para dar con la solución del problema. Y se consiguió desarrollando una tecnología de biorremediación aplicada in situ, con la que se consiguió transformar el Cromo VI en Cromo III, un compuesto menos dañino, nada cancerígeno y mucho menos móvil. Era una técnica realmente innovadora que hubo que explicar a las autoridades vascas.
Para su desarrollo, se realizaron ensayos en los laboratorios de Arcadis con el objetivo de identificar los sustratos y las dosificaciones más adecuadas en cada zona afectada. Para una de las zonas se utilizó suero láctico, de forma que además de remediar el subsuelo se conseguía dar una segunda vida un subproducto de la industria alimenticia.
Posteriormente, se implantaron los equipos de remediación, que diseñamos y fabricamos ad hoc. De esta forma, durante varios meses se inyectaron aditivos para generar en el subsuelo las condiciones propicias que permitieran la transformación del cromo cancerígeno en un compuesto inocuo y evitando que la contaminación del suelo fuera a más y acabase afectando a las aguas del arroyo.
Tras un año de intervención, el proceso de remediación dio los resultados esperados y la concentración de Cromo VI disminuyó progresivamente hasta que dejó de ser una amenaza para la salud pública.
Conseguimos evitar un serio accidente medioambiental que habría comprometido la calidad de las aguas del río y su uso para regadío y abastecimiento. Sólo por eso mereció la pena el trabajo de todo un año.
Pero, además, gracias a nuestra intervención se evitó una importante sanción administrativa para nuestro cliente, con el consiguiente daño que tendría para su imagen permitir un problema medioambiental de esta envergadura. Un trabajo eficaz y sin sobrecostes en beneficio de todos.