El desafío
El Departamento de Educación necesitaba reunir evidencias sobre el estado físico de las más de 22 000 de Inglaterra para poder determinar dónde era más necesaria la inversión.
El Departamento de Educación necesitaba reunir evidencias sobre el estado físico de las más de 22 000 de Inglaterra para poder determinar dónde era más necesaria la inversión.
En menos de 3 meses, establecimos un equipo de expertos, creamos una estructura operativa y formamos a cientos de personas para recopilar datos sobre el estado de los edificios escolares en todo el país.
El programa garantiza que cada libra de financiación cuente y permite a más de 8 millones de niños aprender en el mejor entorno posible y alcanzar su pleno potencial.
El deber fundamental de una escuela es educar a todos los alumnos. Y cuando tienen éxito, estas instituciones pueden estimular toda una vida de aprendizaje. Pero con informes de miles de edificios escolares financiados por el Estado en Inglaterra que necesitan intervención urgente, se teme que esta sólida base pueda verse comprometida. Por eso se desarrolló el programa de recopilación de datos de estado del Departamento de Educación (DfE, por sus siglas en inglés). Con la tarea de reunir evidencias sobre el estado físico de cada edificio escolar en Inglaterra, el programa facilita la identificación de los edificios que más necesitan la inversión. Pero con más de 22 000 escuelas en todo el país que necesitan evaluarse, ¿Cómo podría activarse un programa tan grande y complejo?
Como director de servicios técnicos del mayor estudio sobre el estado de las escuelas en Europa, nuestra tarea de poden en marcha y supervisar el programa de estudio fue monumental.
Comenzamos estableciendo una oficina de gestión del programa polifacética con el respaldo de un equipo con conocimientos técnicos expertos y una profunda comprensión de las necesidades del sector de la educación. Esto se apartaba de la forma en que se había llevado a cabo el programa predecesor, pero confiábamos en que al reunir un equipo integrado estaríamos mejor situados para responder a los desafíos únicos y complejos de un programa de esta magnitud y complejidad.
Nuestra función incluía la gestión del programa, el control de calidad, el desarrollo de modelos de inversión, el liderazgo técnico, el mantenimiento de las normas técnicas y la supervisión del rendimiento de las cuatro organizaciones de prospección designadas, todo ello en estrecha colaboración con el DfE.
No fue fácil, pero en menos de tres meses habíamos creado la estructura operativa y formado a los primeros 200 peritos e ingenieros para iniciar el programa de estudio. También habíamos realizado un ejercicio de estudio piloto y puesto en marcha la aplicación informática que apoyaría la recogida de datos, el análisis y la presentación de informes.
Este trabajo preparó el terreno para los tres años siguientes, durante los cuales se recogieron datos sobre el estado físico de más de 22 000 escuelas en todo el país. En su punto álgido, el programa estaba examinando más de 1100 escuelas cada mes, con un equipo de más de 520 peritos e ingenieros centrados en proporcionar una base empírica sólida y fiable para ayudar al DfE en su toma de decisiones.
Con puntualidad, sin salirse del presupuesto
El programa fue anunciado como un éxito para el DfE, ya que fue entregado a su debido tiempo, respetando el presupuesto y con una alta calidad. Ha ayudado a garantizar que cada libra de financiación cuente y proporciona al DfE una sólida base empírica para que la inversión pueda destinarse a donde más se necesita.
La respuesta de las escuelas y el compromiso positivo de otros interesados importantes subrayan aún más el éxito del programa. Más de 1400 escuelas respondieron oficialmente a la solicitud de opiniones y el 89 % de ellas dieron una calificación positiva o neutra.
Más de 8 millones de niños tienen ahora garantizado el aprendizaje en el mejor entorno posible para alcanzar su pleno potencial.