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Carolien Gehrels

Global Solutions Director – Energy Transition

El sector energético representa más de dos tercios de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), y contribuye directamente al cambio climático provocado por la humanidad. Para acelerar la transición a un mundo neutro en emisiones de carbono, el sector energético a nivel mundial debe estar a la vanguardia del cambio. Todos los demás sectores, incluidos el del transporte y el de la industria, dependen de una red descarbonizada para alcanzar sus propios objetivos de emisiones netas. Sin embargo, cuando se trata de nuestras ciudades, los lugares en los que todos vivimos, trabajamos, nos movemos y socializamos, ¿cómo es realmente una "ciudad neutra en emisiones de carbono"? ¿Y qué medidas prácticas podemos tomar para conseguirla?

 

Tal vez la primera pregunta debería ser: ¿por qué centrarse en las ciudades? Representan menos del 2% de la superficie de la Tierra. Sin embargo, según ONU-Hábitat, consumen más de tres cuartas partes del suministro de energía mundial y producen más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Y esto no hará más que aumentar.

Para el 2050, otros 2.500 millones de personas residirán en zonas urbanas, atraídas por el mayor acceso a empleos, hogares, transporte, cultura y ocio. Esta promesa de una mejor calidad de vida también conlleva una mayor presión sobre los recursos. Más vehículos en la carretera, más demanda de servicios públicos, más personas que utilizan edificios de baja eficiencia energética y más construcción con altos niveles de emisiones de carbono. Todos estos factores contribuyen a aumentar las emisiones de GEI y, en última instancia, amenazan la salud humana, el bienestar y la prosperidad económica a largo plazo.

En vista de los numerosos desafíos que presenta la urbanización, ¿cómo podemos seguir protegiendo la promesa de la vida urbana al mismo tiempo que reducimos las emisiones de carbono?

La respuesta reside en crear un mundo con emisiones netas cero. Las ciudades neutras en emisiones de carbono son el futuro, y la transición energética es el primer paso a la hora de crear estos espacios urbanos sostenibles. Esto significa pasar de forma consciente de una combinación energética basada en combustibles fósiles a una basada principalmente en fuentes de energía renovables que aproveche los puntos fuertes de las ciudades y que produzca emisiones de carbono limitadas o nulas.

El sector energético tiene la clave que puede desbloquear las soluciones que necesitamos para hacer frente al cambio climático. Y, lo que es más importante, estas soluciones tendrán el máximo impacto si se implantan en nuestras ciudades.

 

¿Cómo será la ciudad neutra en carbono del mañana?

Los efectos del cambio climático son universales, pero cada ciudad es única: en su cultura, su acceso a los recursos, su geografía y topografía y, asimismo, en cómo se enfrenta a los retos relacionados con la sostenibilidad. Sin embargo, existen algunas consideraciones comunes.

Como descubrimos en el reciente Índice de Ciudades Sostenibles 2022 de Arcadis, las ciudades más prósperas son aquellas que no solo tienen un buen rendimiento económico, sino que también cumplen los objetivos de sostenibilidad y del planeta. Para lograrlo, deben realizar inversiones inteligentes y específicas, especialmente en política social y estrategia medioambiental.

En nuestro Índice, las ciudades que ocupan los primeros puestos son aquellas que dan prioridad a las necesidades de sus ciudadanos y que garantizan que las políticas públicas, el consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero se consideren a largo plazo.

En lo que respecta a la neutralidad en carbono, la principal prioridad tiene que ser, sin duda, reducir el consumo de energía. Para ello, necesitamos acelerar el desarrollo de infraestructuras ecológicas; aumentar la inversión en tecnologías de energía renovable, como la solar, la eólica terrestre y marítima, y la hidroeléctrica; y acelerar las tecnologías de emisiones negativas, como la captura y el almacenamiento de carbono.

Amberes es un gran ejemplo de una ciudad que realiza cambios positivos. La ciudad, que se encuentra entre las 10 primeras posiciones en el pilar Planeta de nuestro Índice de Ciudades Sostenibles, quiere alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono para 2050 y lograr, para 2030, una reducción de dichas emisiones de entre el 50 y el 55% con respecto a los niveles del 2005. Para contribuir a lograr esta visión, estamos colaborando con la ciudad para crear una hoja de ruta para una red compleja de calefacción urbana. Será una primicia en Bélgica, y extraerá calor residual de las empresas industriales para desviarlo a otros edificios a través de una red subterránea. Además de ayudar a Amberes a cubrir el 10% de sus necesidades de calefacción para 2030, también se espera que esta iniciativa inspire a otras ciudades y municipios a probar un enfoque similar.

 

Alemania ofrece otro ejemplo. Su capital, Berlín, que ocupa el quinto lugar en nuestro Índice, se ha convertido en una de las ciudades más sostenibles del mundo. Aunque ya presume de tener unos niveles relativamente bajos de exposición medioambiental, una de las mayores oportunidades que se le presentan consiste en reducir aún más sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esto es exactamente lo que estamos ayudando a hacer en The Walter, un proyecto de campus industrial situado cerca del nuevo Aeropuerto Internacional de Berlín-Brandeburgo. Este campus está destinado a albergar oficinas, hoteles, centros de congresos, logística e industria ligera, y nuestro papel a la hora de determinar sus demandas energéticas (y, por lo tanto, su estrategia de suministro de energía) será fundamental para su progreso.

 

Creación del marco para el cambio

Como hemos podido comprobar, las ciudades deben tener una visión clara del futuro y adoptar medidas decisivas. El compromiso público es importante, pero el mayor progreso vendrá de la mano de los gobiernos nacionales y municipales, que deberán fijar objetivos oficiales y poner en marcha la estrategia para alcanzarlos.

Los gobiernos, los municipios y los órganos rectores de todo el mundo han reconocido la necesidad de acelerar la transición hacia la neutralidad en emisiones carbono. En los últimos años ya se han promulgado diversas disposiciones legislativas para contribuir a crear el marco para lograr ciudades más neutras en emisiones de carbono. Estas pueden variar desde inyecciones masivas de capital, como la reciente asignación histórica de 369.000 millones de dólares del Senado de EE. UU. para luchar contra el cambio climático, hasta directivas globales, como el Pacto Verde Europeo, y acuerdos específicos de países, como el Acuerdo Nacional sobre el Clima de los Países Bajos, que se ha diseñado para ayudar a sectores concretos a cumplir sus objetivos climáticos.

Con tantas medidas positivas ya en marcha, las ciudades pueden aprender mucho unas de otras. Compartir soluciones basadas en prácticas recomendadas y colaborar entre ellas es una de las mejores formas de generar un impacto real. Desde el acceso compartido a la infraestructura energética hasta la transferencia de habilidades y conocimientos, las soluciones más eficaces serán aquellas que se puedan adaptar y replicar en ciudades de todo el mundo.

Veamos, por ejemplo, lo que está sucediendo en Australia. A pesar de estar por detrás de algunas de sus homólogas europeas en nuestro último Índice de Ciudades Sostenibles, muchas ciudades australianas ahora están empezando a avanzar, invirtiendo en infraestructura y garantizando que la sostenibilidad se integre como parte de la identidad de la ciudad.

Esto es evidente en el trabajo que hemos realizado en la región de Daintree, en el extremo norte de Queensland, una zona conocida por su selva tropical protegida, Patrimonio de la Humanidad, y sus sistemas ecológicos únicos. Aquí, colaboramos con Volt Advisory para diseñar la microrred de Daintree. Anteriormente, se quemaban más de 4 millones de litros de diésel al año, pero ahora la microrred permitirá que las fuentes de energía renovables suministren más del 90% de la electricidad a residentes, operadores turísticos y negocios locales, y hasta el 100% si no se tienen en cuenta los fenómenos meteorológicos graves. Esto supone un cambio radical no solo desde el punto de vista medioambiental, sino también en términos de beneficio tanto para los residentes como para los negocios locales.

De igual modo, si cruzamos el Pacífico, también podemos aprender lecciones importantes de Estados Unidos. Ya habíamos llevado a cabo una auditoría energética en toda la ciudad para Town of Wallkill, en el estado de Nueva York. El proyecto fue cofinanciado por la Autoridad de Investigación y Desarrollo Energético del Estado de Nueva York e incluyó varios edificios, el ayuntamiento, un aparcamiento, sistemas de suministro y tratamiento de agua y aguas residuales, y el centro comunitario.

 

Teníamos que revisar el consumo existente de energía y analizar dónde se podría ahorrar. Se identificaron oportunidades rentables para reducir el consumo de energía en casi un 15%. Además, también estudiamos la posibilidad de reconvertir un vertedero de 6 hectáreas en una planta de energía solar. El proyecto se consideró técnica y financieramente factible y se implementó mediante un acuerdo de compra de energía virtual. Arcadis se encargó de la coordinación de los servicios públicos, los permisos medioambientales, el diseño detallado, la gestión de la construcción y los servicios de puesta en marcha. Esto no solo ha dado un nuevo uso a un terreno desaprovechado, sino que el sistema de electricidad fotovoltaica de 2,4 MWdC producirá suficiente electricidad limpia para abastecer a 300 hogares cada año.

 

¿Cuánto costará?

Nadie pondría en duda el imperativo moral a la hora de abordar el cambio climático. Sin embargo, a menudo, el coste es el mayor punto de fricción cuando se trata de implementar soluciones neutras en emisiones de carbono en las ciudades. Según Net Zero Europe, aproximadamente la mitad de la inversión necesaria para apoyar la transición energética no tiene un argumento empresarial positivo.

Para superar este obstáculo, tanto los gobiernos como las empresas deben empezar a colaborar más estrechamente. En Arcadis, gran parte de nuestro trabajo consiste en ayudar a facilitar estas conversaciones. Sin duda, se necesita una inversión masiva, junto con medidas que permitan una planificación y una obtención de permisos más fluidas en los ámbitos de la generación, la transmisión, el almacenamiento, la distribución y las redes locales de energía.

Los Países Bajos, por ejemplo, son uno de esos países que pretenden acelerar su transición hacia un suministro de energía sostenible, fiable y asequible. La ciudad de Rotterdam en particular, que actualmente ocupa el puesto 12 en nuestro Índice, se ha centrado en la transición energética, y hay grandes ejemplos del trabajo que la ciudad ha llevado a cabo para lograr la neutralidad en carbono. Como lo que está sucediendo en Schouwburgplein, una plaza muy urbanizada en el corazón de la ciudad. Aquí hemos trabajado para desarrollar un sistema energético neutro en emisiones de carbono, basado en el almacenamiento de agua y en un sistema de generación de energía renovable y recuperación de agua. La plaza ya había logrado una neutralidad climática del 40% en 2020 y sigue en camino de convertirse en un espacio resistente al cambio climático.

 

Como hemos visto, el sector energético es vasto y ha demostrado ser innovador a la hora de satisfacer las necesidades energéticas en constante evolución de nuestras ciudades. Pero todavía no lo hemos conseguido. La descarbonización es crucial cuando se trata de lograr objetivos más amplios de emisiones netas cero, pero requiere compromiso y cooperación entre todas las partes.

Las ciudades neutras en emisiones de carbono pueden ser una realidad si trabajamos colectivamente para compensar los peores efectos de la crisis climática. El cambio tiene que producirse rápidamente y es necesario ya. Contamos con la experiencia y los conocimientos necesarios para lograrlo, creando conjuntamente soluciones energéticas urbanas que sean neutras en emisiones de carbono, inclusivas y sostenibles.

Este blog es el primero de una serie de ideas en las que exploramos los pasos prácticos que las ciudades pueden dar en su camino hacia la neutralidad en emisiones de carbono. Pronto compartiremos más artículos.

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